Defraudadores de cuello blanco

Defraudador

Un día, el dueño de una empresa transportista recibió en su despacho a un ejecutivo de una empresa logística y le planteó una oferta para subcontratar sus servicios a un precio muy razonable. Al principio no hubo problemas ya que cada flete realizado era pagado. Después de más o menos un mes de operaciones sin problema alguno, el ejecutivo le pidió crédito al transportista ya que el volumen de carga aumentó y, por ende, el ingreso para ambas empresas.

Confiados, pero sobre todo guiados por el miedo de no perder al cliente, aceptaron otorgarle una línea de crédito. Los primeros 30 días fueron sólo buenas noticias: el número de servicios había aumentado tal y como se lo había prometido el ejecutivo. Vencido el plazo de los 30 días, el transportista se presentó a cobrar pero su pago no salió. En los siguientes días, y semanas, el transportista sólo recibió una lista de excusas y ningún pago hasta llegar al punto en que los teléfonos de la empresa de logística fueron desconectados. El transportista se dio a la tarea de visitar a la empresa de logística pero descubrió de que la empresa ya había desaparecido. Este ejecutivo le timó al transportista poco más de 350 mil pesos.

El hecho que acabo de describir es real. Esta historia es sólo una de muchas más que suceden en el país y en donde las víctimas son los transportistas de carga en todos los modos, pero especialmente en el terrestre y marítimo.

Esto es ocasionado en gran medida por la falta de información por parte del transportista que le permita utilizar contratos y formatos de Carta Porte que lo ayuden a recuperar por la vía legal en dichos casos. En el caso del transportista de carga terrestre, se usa la Carta Porte y, aunque ésta es una factura fiscal, en muchos casos no sirve para recuperar por la vía judicial en contra de la empresa intermediaria, ya que muchos transportistas continúan usando un formato “viejo” en el cual la empresa contratante ni siquiera aparece con su nombre y razón social. La Carta Porte que muchos transportistas están utilizando aún sólo incluye los datos del remitente y destinatario pero muchas veces la empresa contratante no es el origen ni el destino del flete y, por ende, el documento no sirve para nada.

Algunos dueños y ejecutivos de empresas de la industria del transporte de carga me han comentado que “sería conveniente boletinar a las empresas que están defraudando para así evitar que lo vuelvan a hacer a otras”. ¿Usted qué opina? ¿Tiene alguna sugerencia?

Puede dejar sus comentarios y sugerencias al calce o enviarlas a mi correo electrónico,sal@afsint.com, y con gusto las compartimos con los demás.

 

Artículo publicado en T21 

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